Visita por los Países Árabes y su Visión de Largo Plazo

Hace unas semanas tuve la oportunidad de recorrer algunos de los países árabes más influyentes del mundo: Kuwait, Omán, Bahréin, Arabia Saudita, Abu Dhabi, Dubái y Qatar. Un viaje que, más allá de la majestuosidad de sus ciudades y la riqueza evidente en cada rincón, me permitió comprender la razón de su desarrollo y estabilidad.

Si bien el petróleo, el gas y minerales han sido la principal actividad económica de la región, no toda su población depende exclusivamente de esta industria. A lo largo del tiempo, varios países han diversificado sus economías con éxito. Dubái, por ejemplo, ha apostado fuertemente por el comercio y el turismo, convirtiéndose en un centro económico global. Esta transformación no ha sido fruto del azar, sino el resultado de una visión clara ya largo plazo, con estrategias bien definidas y una ejecución impecable.

Reglas Claras, Seguridad y Desarrollo

Algo que no deja de sorprender es la estructura de gobierno de estos países: democracias con un toque autoritario, donde las reglas son claras y se cumplen sí o sí, sin excepciones. El  respeto estricto por las normas se traduce en cero corrupción y en gobernantes que realmente piensan en el bien común.

Este compromiso con el desarrollo se refleja en el bienestar de sus ciudadanos y en una filosofía clara: nadie debe quedarse atrás. Por eso, estos países invierten masivamente en educación, salud y generación de empleo, asegurando oportunidades para todos. La educación y la salud son completamente gratuitas, y los mejores estudiantes reciben becas en universidades de prestigio internacional.

Además, han comprendido que el petróleo, aunque sigue siendo clave en su economía, dejará de ser la prioridad mundial con el avance de las energías renovables debido al cambio climático. Por ello, han apostado por diversificarse y prepararse para el futuro con inversiones estratégicas en infraestructuras futuristas, museos del futuro, ministerios de inteligencia artificial y regulaciones para tecnologías que aún ni siquiera existen. Han creado impresionantes centros de atracción y desarrollo que no solo fortalecen su economía, sino que también consolidan su estabilidad.

Todo esto es posible porque los recursos del país no se pierden en corrupción, sino que se reinvierten en su crecimiento.

Un Ejemplo de Seguridad y Orden

En todos estos países tienen una visión de largo plazo, en 2030, 2050, con objetivos definidos que cumplen con disciplina y planificación estratégica.Y quizás uno de los aspectos que más impacta a cualquier peruano o latinoamericano que llega aquí es la seguridad. Caminar por las calles con tranquilidad, sin miedo al robo o la violencia, es un lujo que en muchos de nuestros países ya no tenemos. Esta seguridad no solo brinda paz, sino que también permite que la población tenga claridad para pensar, innovar y construir futuro.

Hoy, en el Perú, la seguridad se ha convertido en nuestro problema más grave. Por supuesto, la corrupción, la minería ilegal, la gestión gubernamental deficiente y la crisis en la educación son asuntos urgentes, pero sin seguridad, cualquier otra solución pierde impacto.

Reflexión Final

El mundo árabe nos deja una lección clara: la disciplina, la visión de largo plazo y la ejecución sin fisuras pueden transformar naciones. En Latinoamérica, y en especial en el Perú, necesitamos recuperar el orden, fortalecer nuestras instituciones y garantizar la seguridad de nuestra gente. Solo así podremos construir un futuro próspero y sostenible para todos.

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